sábado, marzo 24, 2007

Transantiago interno: taco in-ter-mi-na-ble

¿Les pasa que a veces comen y comen, la panza pareciera estallar, pero aún así siguen engulliendo de más?.

Bueno, si lo anterior no les ha ocurrido, a mí me ha pasado en muchas ocasiones. Y en períodos de s
obra.

El embuche de la barriga no es el único que ha tenido la mala suerte de empacharse con tanta cosa.

Si nos vamos a la parte superior del tórax (específicamente en la zona central izquierda), se darán cuenta de que en mí hay un atochamiento algo concurrente.

Es un ver-da-de-ro taco.

Y miren lo que pasó: hasta el Transantiago encontró su homólogo en mi anatomía, aunque de una manera más subjetiva, claro.

A falta de una tarjeta BIP! para el alma se seguirá insistiendo con la bocina de la conciencia, con un "tui-tui" que logre pegar un alcachofazo, o -si llego a tener un poco más de buena pata- un "¡avíspate aweonao!" (en este caso demósle al improperio un término femenino) no estaría nada de mal.

Hey, hey, hey; pero no se me pasen de lúcidos: no es fácil andar a la vuelta de la rueda. Tampoco es muy viable quedar estancada de golpe con la "pana del huevón" (insisto: póngale al agravio su toque 'doncellístico', por no decir 'huevona'). Simplemente un "sin querer me da la gana" me otorga la razón momentánea. Y darse cuenta de ello no es NADA de fácil.

El corazón sigue su bombeo, la sangre continúa su camino, las emociones siguen en su apocamiento sin causa.

Aquí no existe un Sergio Espejo a quien echarle la culpa o pedirle la renuncia, tampoco un tal señor Navarrete, ni menos una doña Bachelet que ande de gira internacional mientras en la capital de su país queda la reverenda mierda; tan sólo existe una Tamara Figueroa quien tiene como única excusa un...:
"¿y qué quiere que le haga? ¿que me haga un trasplante a lo 'Corazón de María' para solucinar el atochamiento interno?. No pues, al sentir no lo mando yo. Mi razocinio aún no da con la receta para domar a los sentimientos. Créame que éste ha intentado varias soluciones; incluso se disfrazó de paco (el 'cuasi respetable' amigo carabinero) por si lograba resolver un poco la obstrucción de las vías anímicas, pero tal como ocurre en las calles de asfalto, ha quedado más la cagada".

miércoles, marzo 07, 2007

'Tillas' grandes

Los pasos agigantados merodean por las calles buscando modos viables; sucede que las zapatillas me quedan algo grandes y se me entorpece un tanto el caminar.

¡Alto!, no se me precipite ni piense que lo negativo se apoderó de mí otra vez.
Craso error: se ganó dos puntos menos.

Le cuento que en vez de buscarle el lado problemático a la cosa me dio la huevada y amarré mi pesimismo a un ancla gracias a la ayuda de un par de cordones.

De esta manera logré darme cuenta de que un par de números más en mi calzado me permiten andar más lento. Y siguiendo con la misma línea he logrado observar cosas que al correr jamás percataría.

Esa calma ha trepado hasta mis neuronas y entabló con ellas una gran amistad; incluso en el día de San Valentín les obsequió -por medio de dendritas- un montón de mensajes químicos que me dejaron boquiabierta.

Parece que le hacía falta a mi vida un poco de sensatez así como pausada.

He de esperar que no se me dañen los talones con el cuentito de las tillas grandes. Las curitas no me gustan y menos que por dármelas de mujer calmada me salgan heridas.

¡Ni hablar!